Si has nacido y estás leyendo esto, en poco tiempo estarás intentando vender.
Algo que ya no usas…
Tus conocimientos…
Tu casa…
Tu coche…
Tu persuasión…
Tu empatía…
Tu valía…
Tu vida…
Tú…
Vender, venderse y vivir no debería molestarnos porque es como respirar.
Llámame loco pero yo cuando voy por ahí a comprar, no pienso como el comprador, sino que pienso como si fuera el vendedor.
Cómo hizo el de Ikea para tener esta idea…
Cómo hizo el que inventó la escoba…
…
Eso me ayuda a comprar menos, y quizás algún día a vender más.
Bueno.
Esto te lo cuento porque hay que saber venderse.
Primero hay que saber, aunque sea un poco, pero luego hay que saber venderse y vender.
Mira.
Hace unos días me llamó una chica de Abanca, el banco.
No me acuerdo lo que quería venderme, porque lo hizo tan mal que desconecté a los dos segundos.
Cuando terminó, en vez de decirle no me interesa, me dieron ganas de decirle mira, si dices esto y esto, y luego esto de esta manera, quizás en alguna llamada por lo menos te hagan caso.
Como veo, leo y escucho todo desde el punto de vista del vendedor y no del comprador, pues estoy todo el día así.
Viendo, leyendo y escuchando, y pensando cómo se podría hacer mejor para vender más.
Es algo que te aconsejo hacer.
Eso…
Salir de tu cabeza de comprador y entrar en la cabeza del otro, ese que te va a comprar tus servicios o cursos para aprender a educar perros.
Vas a vender más y claro, a vivir mejor.
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